Hay
ingresado en la unidad un paciente de 76 años diagnosticado de sépsis de origen
pulmonar. De base el paciente padece un adenocarcinoma de pulmón, DM,
insuficiencia renal crónica y arteriopatía generalizada con hemiplejia
izquierda residual tras sufrir un ictus dos años atrás.
El paciente
sufre además una hipoperfusión izquierda que empeora notablemente debido al uso
de drogas vasoactivas, lo cual le ha evolucionado en una isquemia progresiva
del miembro inferior izquierdo que tiene muy mal pronóstico.
Ayer
acudieron a verle los cirujanos que afirman que el único tratamiento posible es
la amputación de la pierna completa, a partir del hueco poplíteo
Pero al
comentarselo a la familia, toda ella se niega alegando que el paciente bastante
afectado se sentía por la hemiplejia izquierda residual que sufría como para
despertar y encontrarse con un miembro amputado. Toda la familia al completo
ruega a los médicos que no le alarguen la vida con drogas ni amputaciones ya
que conversaciones previas con el paciente aseguraban que querría descansar en
paz sin sufrimientos.
La familia
es conocedora de la situación del paciente y de que si no se le realiza la
amputación la necrosis irá en aumento perjudicando seriamente la situación del
paciente, y probablemente produciéndole la muerte.
Aun así los
médicos se plantean que hacer con el paciente, si seguir intentando avanzar en
su situación o como reclama la familia no alargarle más el sufrimiento.
Estas
circunstancias me dan pie a reflexionar y pensar por qué es tan difícil dejar
al paciente morir en paz. Por qué hay que estar prolongando el dolor de una
persona que tiene una enfermedad de base que no tiene tratamiento y que va a
sufrir probablemente más viviendo con un miembro amputado y las consecuencias
en su movilidad que eso suponga.
Entiendo que
se intente luchar en todo para que el paciente recupere su estado de salud,
pero es cierto que no siempre es posible y que hay personas que no quieren
estar sufriendo conectadas a un ventilador o en una UCI cuando el pronóstico es
realmente malo.
Es duro
decidir algo así pero entiendo la opinión de la familia: ¿Es preferible seguir luchando por la vida
del paciente con los consecuentes sufrimientos que eso implica en él cuando un cáncer de pulmón va a hacer que
reingrese en un futuro?
Hay que
entender que todas las personas tenemos un momento en el que abandonar la vida
y hay que saber respetar ese momento. Lo único que ha querido decir la familia
es que prefieren que su familiar fallezca en paz y sin prolongar su
sufrimiento, a alargársela un par de años más, siendo optimistas, pero con el
dolor que lleva el vivir con un miembro amputado y un cáncer que poco a poco te
va desgastando por dentro.
Como el
propio título indica, saber cuándo abandonar
es también una forma de avanzar…
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